Cambio de políticas públicas agrícolas y sus impactos 

by Juan Campoy

  

Ing. Marte Vega Román, Presidente de CAADES

En esfuerzo de síntesis, podemos decir que en los últimoscuatro años dos fenómenos han marcado las acciones del Gobierno Federal en materia de política agrícola: la continuidad de Mexico en la apertura comercial con el mundo, principalmente con Norteamérica, que ha sido positiva al sector agroexportador, y el giro radical en las políticas públicas que han cancelado la mayor parte de los programas de apoyo a la agricultura comercial, quedando sólo apoyos a los pequeños productores principalmente de autoconsumo.

Este proceso de cambio de políticas públicas que inició en el 2019-2020 tiene una de sus últimas acciones con la reciente eliminación de la Financiera Nacional sin crear otro organismo sustituto como banca de desarrollo para el sector agropecuario.

Por otra parte, la grave situación actual de la comercialización del maíz y trigo presenta un escenario catastrófico que era muy difícil de prever en el que se conjugan al menos cinco elementos fundamentales que definen la complicada coyuntura por la que en estos momentos estamos atravesando: mercados internacionales de granos a la baja, tipo de cambio extraordinariamente apreciado, importaciones récord de maíz en los meses recientes, incremento desproporcionado en los costos de producción y la ausencia por primera ocasión en muchos años de una política integral para ordenar la comercialización.

Hay que recordar que en los dos últimos ciclos agrícolas, al haber tenido precios internacionales coyunturalmentealtos, se disimuló la necesidad de intervención de parte del Gobierno Federal. Recordemos también que previo a estos años tuvimos un periodo de seis años con precios bajos, pero pudimos salir adelante con programas compensatorios a la comercialización de parte del Gobierno.

Recordemos también que en años pasados, sin invertir un solo peso, el Gobierno Federal, sólo con políticas públicas ordenatorias, se llegaron a sacar del mercado, alrededor de 1.5 millones de toneladas, al permitir exportar los excedentes de maíz blanco y al establecer oportunamente un arancel del 20 por ciento a Sudáfrica, país con el que no tenemos ningún tratado comercial.

No regateamos nuestro reconocimiento a este esfuerzo institucional para la compra de 1.5 millones de toneladas de maíz por parte de SEGALMEX y Gobierno del Estado,en apoyo principalmente a pequeños productores.

Pero reiteramos lo que desde el principio de este procesodijimos, que esta estrategia con enfoque sólo a pequeños productores es claramente insuficiente al dejar por fuera dos terceras partes de la producción total que es de más de seis millones de toneladas, y al retirarse el Gobierno, y con ello, los apoyos compensatorios requeridos, que en el pasado habían funcionado e incluso, en esta misma administración federal, habían actuado como mecanismos reguladores para una adecuada comercialización.

Al participar el Gobierno no como regulador, sino como comprador en este proceso, nos implica una situación de gran desventaja ya que competimos contra Estados Unidos, Canadá y otros países en el plano internacional,países con grandes economías de escala y subsidios,  que no permiten una competencia con piso parejo. Por otra parte, el mercado en México es oligopsónico con unos cuantos compradores que pretenden imponer sus condiciones. 

En un mercado totalmente abierto como en el que México se encuentra con el T-MEC, y otros 13 tratados más de libre comercio, nuestros precios se fijan con la referencia internacional del mercado de Chicago, como es el caso de todos los commodities, más una base que históricamente era concertada y publicada por el Gobierno Federal, multiplicado por el tipo de cambio oficial, a una fecha determinada, esto con el fin de inducir la compra de la producción nacional o que le sea indiferente importar. Por ello es una utopía pensar que sólo con este nuevo programa vamos a “desburzatilizar” el mercado del maíz o que con una bolsa de granos en México se van a resolver automáticamente los problemas de la comercialización del maíz.

De no reconducir este nuevo modelo, impulsado y promovido por el Gobierno Federal, que desafortunadamente significa un claro abandono del campo, se afecta directamente a la mayor parte de las familias de agricultores, ya que no tendrán los recursos suficientes para enfrentar sus compromisos con la banca, proveedores y su propio sustento, lo que los dejará en situación de vulnerabilidad e incertidumbre para el siguiente ciclo agrícola.

A otro nivel, se afectará la economía del estado en su conjunto por el efecto multiplicador que tiene esta importante actividad; con consecuencias negativas también en la cadena productiva Maíz-Tortilla al quedar a expensas de las importaciones, donde en el caso del maízblanco no hay suficiente oferta mundial y lo poco que hay son maíces transgénicos. 

El otro sector afectado será el consumidor final ya que estamos observando que no hay ningún compromiso de reducción en los precios de la harina, la masa y la tortilla como consecuencia en la baja del precio del maíz.

En este contexto, los beneficiados son los grandes grupos de industriales que tomarán el diferencial de precio a la baja con respecto a los siete mil pesos por tonelada que pagaron el año pasado.

De acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), por primera vez en más de una décadaMexico pierde su posición dentro de los 10 primeros países en producción agropecuaria, y al no reconsiderar la importancia de mantener políticas públicas para la agricultura comercial, pone en riesgo los niveles de autosuficiencia de granos, oleaginosas y otros alimentos,donde ya en estos momentos tenemos una clara tendencia al alza en las importaciones dependiendo de éstas en alrededor del 50 por ciento.

Artículos Relacionados