La incertidumbre por la poca liquidez del mercado y el excedente de inventarios disponibles en algunos orígenes, mantuvieron la presión a la baja sobre los precios de la Urea en los principales mercados, con excepción de NOLA, en donde se observó mayor actividad y una ligera recuperación de los precios (+19 usd/st) con respecto a la semana previa. La semana que terminó se repitió el escenario observado durante el último trimestre de este año, vendedores buscando indicadores de mercado que les permitan pronosticar un fortalecimiento de los precios.
Sin embargo, lo anterior cada vez resulta más difícil, y parece ser que el tender de India es la única variable que podría generar la liquidez tan esperada; por el lado de los compradores las dudas continúan presentes, cada día reciben ofertas con precios más bajos, los rumores del incremento de inventarios en China y el relajamiento de las restricciones COVID, avivan las expectativas de una posible sobre oferta en los siguientes 60 días, por lo tanto, la decisión generalizada ha sido comprar lotes pequeños para atender su demanda de corto plazo.
En conversaciones, de importantes participantes del mercado, se ha empezado a comentar que el cierre del 2022 es una señal anticipada de lo que lo podemos esperar para el 2023, es decir, un año de tendencia de precios a la baja, con cortos periodos de alzas; a lo anterior se suman los incrementos de los costos financieros y la destrucción de demanda en algunos mercados. Aún no se alcanza a dimensionar el impacto, del incremento de precios de los insumos básicos en los últimos 2 años, sobre la demanda generalizada pero, empiezan a existir indicios de que la elasticidad demanda precio ya está afectando el consumo de bienes no básicos, al parecer, está disminuyendo el consumo de carnes, hortalizas y frutas, lo cual terminaría provocando, además de problemas nutricionales, destrucción de demanda para los productores de alimentos quienes tendrán que bajar sus precios, en algunos caso tomando perdidas, es decir, reduciendo los incentivos para aumentar su producción y contrayendo aún más la demanda de insumos, entre ellos los fertilizantes.
Los precios del fosforo parece que encontró un respiro después de varias semanas de presión a la baja, Brasil realizó compras y noticias provenientes de India dan señales de que podríamos estar en un piso de corto plazo; en el caso del potasio los precios continuaron presionados, pero se mantuvieron con poco movimiento.
En las siguientes semanas tendremos que estar atentos a los movimientos del precio de la Urea y de la reactivación de las compras en Brasil, los factores anteriores influenciaran directamente sobre los precios de fosforo y el potasio para el arranque del 2023.
En México los fabricantes rusos estuvieron activos en el mercado, uno de ellos estuvo trabajando para completar un barco para el Golfo, carga 2h dic, que combinaría Urea prill en rango de 530s usd/t CFR, CAD; KCL granular en rango 540s usd/t CFR, CAD; KCL soluble en rango 530s usd/t CFR, CAD; CQ T16 en rango 570s usd/t CFR, CAD. Los indicativos del otro productor ruso, carga enero, se encontraban en rango similar para la Urea, y además, se supo que existía la posibilidad de llegar con fertilizantes solubles y otras especialidades.
En el Pacifico hubo poca actividad en las ofertas de nuevos barcos de Urea, con las últimas compras conocidas (carga de un barco con Urea en NOLA, ETA enero) el mercado está, por ahora, atendido y probablemente existirá poco interés en realizar nuevos cierres, lo anterior, está en línea con la expectativa generalizada de que los precios podrían seguir debilitándose.
En mi opinión, varios compradores esperaran a ver qué pasa con el precio de la Urea en el próximo tender de India.
En el mercado local los precios volvieron a ser presionados y los vendedores continúan tomando perdidas en búsqueda de alcanzar su objetivo de reducir inventarios. La demanda empezó a reactivarse en el noroeste y las expectativas de alto consumo permanecen en el mercado; los canales de distribución minorista se encuentran en situación incómoda con sus inventarios adquiridos a inicio de temporada, pues en un mercado de precios a la baja, hoy les resulta difícil vender sin tomar la decisión de ajustar sus precios a los del mercado “spot”, cada temporada agrícola es diferente y nos enseña nuevas lecciones.
En el mercado se ha escuchado de varias iniciativas “bien intencionadas” de llamados “fertilizantes biológicos”, las cuales deben ser evaluadas con rigurosidad científica, pues, aunque la crisis actual (altos costos de los fertilizantes tradicionales) nos incentiva a buscar la optimización de nuestros programas de fertilización (variables físicas, minerales y orgánicas) también nos expone a falsas y riesgosas propuestas que terminaran afectando los rendimientos de los agricultores. Debemos administrar correctamente las expectativas y aclarar que no existen “soluciones milagrosas”, lo que si podemos hacer es empezar con “no desperdiciar y no contaminar”, para lo cual, es indispensable el uso de materia orgánica y bioestimulantes, de calidad y resultados comprobados, que optimicen los programas de nutrición.