Marte Vega Román, Presidente de CAADES
En el mes pasado, un panel de expertos testificaron ante el Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, sobre la necesidad de hacer una revisión a las políticas públicas para mejorar las herramientas de gestión de riesgos y evitar una crisis nacional.
Dana Allen – Tully, de la Asociación de Productores de Maíz de Minnesota, sugirió la posibilidad de una tormenta perfecta con precios de cosecha en picada, altos costos de producción, tasas de interés duplicadas y desastres naturales que agotan el capital del trabajo.
Tony Hotchkiss, de la Asociación Estadounidense de Banqueros, señaló una reducción proyectada del 25 por ciento de los ingresos agrícolas netos en el 2024, enfatizando la necesidad de respaldar la disponibilidad de crédito. Se prevé que los ingresos netos del sector agrícola disminuyan un 27.1 por ciento entre el 2023 y el 2024, lo que supone el descenso bianual más significativo en la historia. Se prevé también que los costos de producción aumenten un 3.8 por ciento en ese periodo referido.
El Presidente del Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, Glenn Thompson, enfatizó la falta de inversión significativa en la red de apoyos para la seguridad agrícola desde 2002, con una disminución del 30 por ciento de los recursos totales y una disminución del 81 por ciento en los recursos designados a apoyos a los productos básicos.
Thompson presentó una somera síntesis de los proyectos de las leyes agrícolas anteriores, señalando los recortes a los programas de productos básicos.
El miembro de mayor rango del Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, David Scott, enfatizó la necesidad de una red de apoyos para la seguridad agrícola más sólida. También expresó su preocupación por la eliminación de los fondos de la corporación de crédito para productos básicos, Commodity Credit Corporation del USDA, (CCC por sus siglas en inglés), en la ley agrícola que han sido cruciales en las crisis pasadas.
La propuesta de base de la oficina de presupuesto del Congreso del 2024 para la seguridad agrícola es significativamente más baja que en el 2002, lo que equivale a un recorte del 82 por ciento cuando se ajusta a la inflación.
Como se puede constatar, la situación para los agricultores de Estados Unidos en este año, se está poniendo complicada, por la caída abrupta de los precios y altos costos de producción, además de las restricciones presupuestales para el sector antes mencionadas. Cabe señalar que el ingreso neto esperado para este año está entre los tres más bajos en los últimos 20 años.
Si para los gringos, no es negocio sembrar maíz, a pesar de que ellos producen 390 millones de toneladas de maíz con altas ventajas competitivas y con un esquema de apoyos muy bien estructurada, eso nos da idea del reto que México tiene tanto en lo que corresponde a los productores como la necesidad de políticas públicas que sean continuas y estén a la altura de los desafíos que estamos viviendo en estos momentos.