La prueba de fuego para una de las corcholatas
Los productores de maíz y trigo tienen como última carta la posibilidad de que el Secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández pueda ungirse como “el salvador del campo” y sea el portavoz de una MEDIANA SOLUCIÓN a la contingencia que vive el sector con la comercialización de sus cosechas.
Para nadie es novedad que es una de las corcholatas que están en juego para convertirse en abanderado de Morena de cara a la contienda del 2024 para suceder el presidente AMLO.
La primera acción que hizo Adán Augusto le funcionó, nos referimos a su postura para obligar a que los agricultores levantaran los bloqueos de las 3 plantas distribuidoras de Pemex en Sinaloa; además, evitó que se trasladaran esas tomas a los principales aeropuertos de la entidad.
Muy claro ha quedado que en los últimos tres años el gobierno no tuvo necesidad de aportar recursos para la comercialización de cosechas, el mercado internacional de granos, motivado por conocidos efectos externos puso condiciones de venta favorables. Ahora la contingencia demanda atención de la federación.
La pelota está en la cancha del Secretario de Gobernación, los productores dieron muestras de querer negociar a través del diálogo y optaron por dejar su principal y más fuerte arma, la manifestación; esperan que desde la federación ahora venga una probable solución al problema que les tiene al borde de la bancarrota.
Tres solicitudes claras y simples pondrán en la mesa los agricultores maiceros:
Primero, aumentar la base por tonelada de maíz a 80 dlls
Segunda, un apoyo extraordinario mínimo de 500 pesos por tonelada por parte del gobierno federal para las 4 millones de toneladas aprox, que no fueron tomadas en cuenta en el programa de precios de garantía de 6,965 pesos por SEGALMEX
Tercera, que levanten las denuncias en contra de los líderes que son indiciados de encabezar la toma de las plantas de Pemex y dejar sin efecto alguna posible acción legal en su contra.
Cabe señalar que con estas propuestas los maiceros estarían aspirando a construir un precio cercano a los 6 mil pesos por tonelada, muy lejano quizás a los 7 mil pesos que aspiran inicialmente, pero más apegados a la realidad que ofrecen los mercados.
Claro tienen que la industria pagará únicamente el costo que le marca el precio internacional mas bases y difícilmente se moverá de esa posición.
Considerando que la federación compraría un millón 300 mil toneladas a un precio de 6,965, el gobierno estaría erogando 9,054.5 millones de pesos. Si acceden a poner el apoyo extraordinario de 500 pesos, habría que sumarle 2 mil millones de pesos más a la ecuación. Es decir en total hablamos de poco más de 11 mil millones de pesos.
Hay que considerar que el gobierno buscará colocar posteriormente este tonelaje que temporalmente retira del mercado. Lo vendería al mejor postor.
Le mesa está servida para el segundo hombre más fuerte en la política nacional. Si el Presidente de la Republica lo quiere fortalecer ante un sector estratégico como es el agroalimentario, EL CAMINO ESTÁ MÁS QUE CLARO. Le dará la opción de colgarse la medalla de héroe.
Pero si la intención es darle una estocada final de muerte en su carrera política, entonces buscarán quitarlo del camino y dejarle el paso a otra de sus corcholatas. Si es así, entonces simplemente enviarán a Adán Augusto a rechazar toda propuesta de los hombres y mujeres del campo, convirtiéndole en el mensajero de la muerte de la agricultura comercial y quizás entonces, lo que termine por colgarse no sea una medalla, sea una soga.